Westerbork

Leyendo un libro de Jacques Philippe descubrí a

Etty Hillesum.

Etty fue una chica de origen judío que paso por el campo de tránsito holandés de "Westerbock" para finalmente llegar a Auschwitz.

Etty Hillesum

 ¿Por qué se conoce hoy en día a Etty? Como Ana Frank o Edith Stein, esta chica holandesa empezó a escribir un diario hacia el año 1941 y lo continuó hasta que subió a un vagón camino de Auschwitz en septiembre de 1943. Las tres pasaron por Westerbock, el campo de paso anterior a Auschwitz, aunque nunca se conocieron.

La Segunda Guerra Mundial fue una devastación y un infierno para miles de personas, pero entre la multitud se produjeron grandes milagros y también se sacó lo mejor de algunas de esas personas; Es el caso de Etty Hillesum.

Etty nació el 15 de enero de 1914 en Middelburg, Holanda, en el seno de una familia con sus propios problemas: los padres de carácter muy distinto arrastraban problemas conyugales que no sabían resolver y sus dos hermanos, aunque brillantes estudiantes y uno de ellos con gran talento para la música, tenían esquizofrenia y pasaban períodos ingresados en clínicas especializadas en esta enfermedad. Etty era menos brillante que sus hermanos en el plano académico y fue muy superficial en su adolescencia y juventud, salía con muchos chicos pero siempre de forma frívola y sin darle mucha importancia.

                                                                                                                                                             

Middelburg
 

Empezada ya la guerra empezó a escribir un diario en Amsterdan, donde se había mudado a trabajar como ama de llaves en un hostal. Al comenzar a trabajar en el hostal no tardó en comenzar una relación con el dueño del hostal, un señor viudo que la sacaba bastantes años.

Pero también en la tranquilidad de su cuarto del hostal escribía, estudiaba ruso , leía a Rilke, Tolstoi, Dostoyevsky o San Agustín . Así  se empezó a abrir dentro de ella una nueva dimensión donde Dios se hizo paso.

 Por casualidad, conoció a un terapeuta llamado Julius Spier y este señor fue clave para la transformación interior que sufrió Etty en los dos últimos años de su vida. Spier era un hombre tremendamente carismático que ayudaba a muchas personas con charlas, sesiones de psicología...tenía una gran sensibilidad y conectaba muy bien con el género femenino. Se llegó a formar un grupo llamado el "Spier Club" formado por mujeres en su mayoría, que seguían al gran terapeuta de manera incondicional.

Julius Siper y Etty

Entre Etty y Spier había mucha atracción pero Spier tenía novia y aunque ésta vivía en Londres, él se mantenía fiel y al final los dos lograron canalizar esta atracción y transformarla en un gran sentimiento de amor puro y admiración mutua. Spier "le presentó" a Jesucristo y acondicionó el terreno para todas las gracias que Etty recibiría más adelante.

Poco a poco Etty adquirió la costumbre de leer pasajes de la Biblia, en concreto los Salmos y también el Nuevo Testamento, en especial el Evangelio de San Mateo. Aún siendo de origen y familia judía, el alma de Etty se conformó a un estilo muy parecido a la espiritualidad de San Ignacio de Loyola. Su capacidad de discernimiento sobre la vocación personal, la oración que hacía cada día, sus inspiraciones hacia una vida monástica..todo ello  recuerda mucho a almas como la carmelita Teresa de Liseux, San Ignacio de Loyola (antes mencionado) o incluso a personas del Nuevo Testamento como a San Pedro o a San Pablo por algunas de sus reflexiones sobre la vida y sobre Dios.

Cada día su relación con Dios a través de la oración y lectura de textos sagrados se hacía más íntima, necesaria, la hacía feliz y la hizo expresar en muchos ocasiones y en plena situación de guerra que la vida era un don de Dios maravilloso y repleto de sentido. Su relación con Dios llegó a ser un diálogo ininterrumpido.

 

 

Ya por el año 1942, Etty tenía un trabajo en el Consejo Judío nombrado por los alemanes, que le permitía ir y venir al campo de tránsito de Westerbock, hasta acabar con este privilegio y ser deportada con toda su familia a Auschwitz, el 7 de Septiembre de 1943. En Westerbork, Etty vivió la  realidad de la antesala a la muerte y así lo reflejó en sus diarios.


Diario de Etty Hillesum

Yo me he leído el libro "Etty Hillesum Un itinerario espiritual" de Paul Lebau y tengo que
 decir que es el libro que más me ha impactado de todas las novelas y biografías que me he leído de la Segunda Guerra Mundial. Transmite la atmósfera y llegas a sentir un poco mejor lo que se podría sentir cuando sabes que tu vida no va a pasar de allí.




Con tanta desesperanza y sufrimiento Etty seguía pensando en que la vida tenía sentido, nunca se "enfadó" con Dios, se paraba a admirar la belleza del cielo y de las flores porque decía que otras personas no podían quitarla su libertad interior, le gustaban mucho los lupinos amarillos. Nunca sintió odio hacia los soldados nazis, es más, sentía lástima por ellos, por llegar a comportarse así. Intentó dar consuleo y ayudar a las personas en ese campo de tránsito y antesala a la muerte.

Lupinos amarillos

La seriedad, profundidad y veracidad de su relación con Dios y cómo Él la llenó de sabiduría y fortaleza se manifestó cuando a pesar de la insistencia de sus amigos de que se librara de Auschwitz, ella eligió ser deportada junto a su familia, por solidaridad con el pueblo judío. Por una razón misteriosa que sólo ella sabe no escapó del lugar a donde Dios la había llevado y preparado para ello. Hasta en la última carta que escribió, sólo había palabras de esperanza y de agradecimiento hacia Dios.

                                                                       

Todo lo que os puedo decir son unas pinceladas de lo que  a mí me han echo sentir y reflexionar sus escritos. Os invito de verdad a que la conozcáis. Su concepción de Dios y Jesucristo era muy pura, nacida del pozo profundo que en ella descubrió  y donde se relacionaba con Dios.

Muchas gracias por leerme

Ali ;)